viernes, 3 de mayo de 2013

UNA MALA NOTÍCIA PER ALS QUE VIVIM A FORA


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Termina una etapa de 60 años de periodismo local
 
La historia de la prensa alcoyana ya tiene una nueva fecha señalada. Aunque sea dolorosa, muy dolorosa. Hoy, 30 de abril de 2013, termina uno de sus ciclos más importantes y significativos, sin duda el de mayor peso por continuidad y volumen. El periódico Ciudad, que fundó Rafael Coloma el 11 de marzo de 1953, pone hoy punto y final a una etapa que ha durado 60 años ininterrumpidos de actividad informativa y editorial, con un compromiso social permanente y ejerciendo, con errores y aciertos, la defensa de los intereses de Alcoy y la comarca. El accionista mayoritario de la empresa editora, el Grupo Zeta, abandona este proyecto después de asumir las pérdidas derivadas de una doble crisis que se viene arrastrando desde hace ya seis años: la crisis económica generalizada y la crisis propia del sector de la prensa escrita, con una deriva en los ingresos por publicidad y venta de ejemplares. En los momentos actuales, el proyecto editorial que asumieron en diciembre de 1999 es totalmente inviable y quizá por ello los intentos de darle continuidad con capital alcoyano no han cuajado. Termina así una fructífera relación del Grupo Zeta con nuestras comarcas. Han sido 14 años que han servido, fundamentalmente, para profesionalizar más el ejercicio del periodismo en Alcoy y reafirmar la importancia de un medio de comunicación como cohesionador social, además de constatar la necesidad de una ventana plural y crítica –para unos poca y para otros demasiada– que ha ayudado a una mayor transparencia en la gestión política y social. Me niego a aceptar en estas líneas de hoy que el periódico Ciudad ha muerto, como algunos están queriendo celebrar. Después de 60 años presente en la sociedad alcoyana, formando parte de su paisaje social y de su mobiliario cultural, con una gran proyección revalorizada con el respaldo a iniciativas de todo tipo, publicación de obras en fascículos que son una referencia en la bibliografía local, promociones que han popularizado nuestro patrimonio y la organización de eventos como la Gala o los Premis del Esport; después de 60 años de actividad periodística, escuela para tantos que por aquí han pasado, referencia de nuestra historia doméstica, de la que han bebido y beben investigadores e historiadores, después de una hemeroteca que recoge la ciudad que hemos conocido varias generaciones, resulta impensable que hablemos de una desaparición. Ahí quedan, en las estanterías de la biblioteca municipal, los tomos encuadernados de estos 60 años de trabajo. Ahí quedan los lectores que, incluso en momentos en los que tanto cuesta desprenderse de un euro, han sido fieles a la cita con el periódico de su pueblo; ahí están las empresas, profesionales y comercios que han tenido en las páginas de Ciudad el mejor escaparate y aquí seguirán, aunque sea en el paro, una nómina de excelentes periodistas y trabajadores que han dado lo mejor de sí en algo que entendían que iba más allá de un trabajo cotidiano. Todo eso es Ciudad. Y todo eso no muere. Que una empresa de 13 trabajadores haya llevado a cabo un expediente de extinción ya no es, lamentablemente, una noticia en el marco de este desgarramiento del tejido empresarial que estamos viviendo. Como empresa somos un grano de arena más en el desierto que se está fabricando con la crisis. El Grupo Zeta, todo hay que decirlo, se va de Alcoy sin deberle ni un euro a nadie, con todos sus compromisos empresariales cubiertos. Lo cual, por supuesto, no es un consuelo, pero sería injusto obviarlo en estos momentos.Ciudad, como proyecto editorial, como lo hemos conocido hasta ahora, termina su ciclo, exactamente 51 días después de cumplir 60 años. La crisis nos está obligando a todos a reinventarnos y reconstruirnos y este reto, en los medios de comunicación, desbordados por el terremoto gratuito de internet y las nuevas tecnologías, se multiplica en un tsunami de dudas y desorientación generalizadas. No sé cómo será la nueva prensa local ni las futuras empresas de comunicación, pero sí sé que son necesarias, que han de existir, porque el papel que desarrollan en una sociedad democrática es insustituible e imprescindible. Por eso, una vez más, me niego a aceptar que Ciudad ha muerto y estoy absolutamente convencido de que nuestras comarcas, más o menos pronto, encontrarán la fórmula para que todo lo que ha significado Ciudad en estos 60 años siga estando entre nosotros. Como decía Ovidi, quiero pensar que, desde mañana, Ciudad està de vacances

Font: página web ‘ciudaddealcoy.com’

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